Agencia Humana en tiempos de Inteligencia Artificial

DANIEL RAMIREZ FORERO
Mentalidad centrada en el ser humano
Gratis
  • 4 estudiantes
  • 2 lecciones
  • 12 Cuestionarios
  • 10 hour Duración

1.2. La agencia humana en la educación

A continuación, encontrará una microlectura que le permitirá conectar el concepto de agencia humana con la educación. A lo largo del texto habrá preguntas de autorreflexión, téngalas en cuenta, la idea es que esta lectura sea pausada y usted realmente atienda a estos cuestionamientos siendo honesto con usted mismo.

 

LA AGENCIA HUMANA EN LA EDUCACIÓN

 

Si vio el video anterior con atención, seguro notó que el concepto de agencia humana tiene una larga trayectoria desde la filosofía, pero que esta no es la única disciplina que se ha interesado por su estudio, ya que abarca componentes individuales y sociales.

El concepto de agencia humana que propone Bandura tiene una gran bondad y es que le da poder de acción —y autorregulación— al individuo. Esto en el sector de la educación puede resultar favorable o nefasto según la ética y la habilidad del docente. Siguiendo las cuatro propiedades que tiene un agente, la visión que tenga cada profesor sobre su propio rol y el objetivo de la educación, dará forma a la intención, es decir que serán la base de sus estrategias y planes de acción utilizadas en contextos académicos, ya sea por ejemplo en los contenidos que prioriza, los materiales que utiliza o la forma en que retroalimenta a sus estudiantes, entre otras cosas. Deténgase unos segundos y piense: ¿Qué lo llevó a usted ser profesor? ¿Qué papel tiene la educación en la sociedad? ¿usted está contribuyendo a ese objetivo? Es claro que ningún maestro es totalmente libre, pues el propio centro de formación en el que ejerce su profesión, ya sea jardín, colegio, academia, universidad o comunidad, está supeditado a una serie de normas que regulan su conducta, pero aun así usted es capaz de prever lo que puede o no pasar en un futuro, siguiendo esos planes que se ha propuesto. Además, tiene la posibilidad de ajustarlos si no se siente satisfecho con lo que está logrando, en palabras de Bandura, usted estaría siendo autorreactivo y, por último, siempre puede revisar estos puntos cuantas veces lo necesite, como parte de su proceso autorreflexivo.

Cultivar la agencia en sus estudiantes es animarlos a abrazar la autonomía, construir su confianza y fomentar el aprendizaje autodirigido. A nivel individual, mejora la motivación y permite que respondan a los desafíos con resiliencia; también hay evidencia de que mejora la autoeficacia, la cual está correlacionada con el compromiso sostenido y el logro en diferentes contextos. (Vera et al., 2014). A nivel colectivo, da lugar al desarrollo de prácticas dialógicas, las cuales son los cimientos para la conexión social y una sana convivencia; elementos esenciales para construir fundamentos políticos y democráticos, que, a largo plazo, forjarán una sociedad cohesionada. (Dewey, 1916)

Ahora centre su atención en el aquí y el ahora. ¿En qué momento nos encontramos? A menos de que haya vivido aislado en una montaña sin contacto humano ni dispositivos electrónicos, casi con certeza puedo decir, sin conocerle, que usted se ha visto inmerso en conversaciones sobre inteligencia artificial (IA), ¿y cómo no? Si es que ésta promete la personalización de los contenidos ajustados a las necesidades de cada estudiante y además puede brindar retroalimentación inmediata 24/7. ¿Usted cómo podría competir con eso?

Aquí entra la agencia delegada que planteaba Bandura, usted para sus estudiantes es quien tiene esos recursos y habilidades, que a ellos les permitirán realizar ciertas actividades y alcanzar unos objetivos. Usted como es un agente humano no pretende actuar en su nombre, sino que su intención en primera instancia es servir como andamiaje para que con las herramientas que usted les brinde, ellos poco a poco vayan integrando el conocimiento con sus experiencias para fortalecer su autonomía.

Como sus estudiantes también son humanos, tenga en cuenta que uno de sus factores internos son las emociones, por lo que usted, aunque no puede darles una retroalimentación inmediata, sí puede establecer una conexión emocional con ellos, siendo soporte ante la frustración y con su experiencia, puede escucharlos para orientarlos y redirigirlos en su aprendizaje. Además, creando un ambiente que les permita sentirse acompañados en su proceso de aprendizaje, y si sus clases se perciben como un ambiente seguro, abre la posibilidad a la diversidad, a la individualidad, a la subjetividad… y otra vez volvemos a la autonomía.

En contraposición, si la IA asume el rol de agente delegado y decide sobre el qué, cómo y por qué los estudiantes deberían aprender, la personalización se convierte en un arma que castra la capacidad de exploración, homogeneizando el pensamiento y en general la identidad, creando versiones genéricas de seres humanos, lo que se conoce como heteronomía (Mouta, Pinto-Llorente y Torrecilla-Sánchez, 2025).

En conclusión, si reflexionó al respecto, y su rol como docente lo asume como un mero transmisor de contenidos, entonces sí, la IA es más eficiente para esa labor y usted sería fácilmente reemplazado, pero si por el contrario usted se considera un agente que busca contribuir en menor o mayor medida al desarrollo pleno de sus estudiantes y  empoderarlos para que a través del conocimiento puedan mejorar sus condiciones de vida y la de otros, su rol es y seguirá siendo fundamental en la sociedad.

 

REFERENCIAS

Dewey, J. (1916). Democracy and education: An introduction to the philosophy of education. Macmillan.

Mouta, A., Pinto-Llorente, A., Torrecilla-Sánchez, E. (2025). Where is agency moving to?: Exploring the interplay between AI technologies in Education and Human Agency. Digital Society. 4(49). https://doi.org/10.1007/s44206-025-00203-9

Vera, M., Le Blanc, P., Taris, T., & Salanova, M. (2014). Patterns of engagement: The relationship between efficacy beliefs and task engagement at the individual versus collective level. Journal of Applied Social Psychology, 44, 133–144. https://doi.org/10.1111/jasp.12219

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